
Imperio Romano de Oriente

En tanto que el Imperio de Occidente se hundÃa de forma definitiva, los sucesores de Teodosio fueron capaces de conjurar las sucesivas invasiones de pueblos bárbaros que amenazaron el Imperio de Oriente. Los visigodos fueron desviados hacia Occidente por el emperador Arcadio (395-408). Su sucesor, Teodosio II (408-450) reforzó las murallas de Constantinopla, haciendo de ella una ciudad inexpugnable (de hecho, no serÃa conquistada por tropas extranjeras hasta1204), y logró evitar la invasión de los hunos mediante el pago de tributos hasta que se disgregaron y acabaron de representar un peligro tras la muerte de Atila, en 453. Por su parte, Zenón (474-491) evitó la invasión del rey ostrogodo Teodorico el Grande, dirigiéndolo hacia Italia, contra el reino establecido por Odoacro.
La unidad religiosa fue amenazada por las herejÃas que proliferaron en la mitad oriental del Imperio, y que pusieron de relieve la división en materia doctrinal entre las cuatro principales sedes orientales: Constantinopla, AntioquÃa, Jerusalén y AlejandrÃa. Ya en 325, el Concilio de Nicea habÃa condenado el arrianismo que negaba la divinidad deCristo. En 431, el Concilio de Éfeso declaró herético el nestorianismo. La crisis más duradera, sin embargo, fue la causada por la herejÃa monofisista que afirmaba que Cristo sólo tenÃa una naturaleza, la divina. Aunque fue también condenada por el Concilio de Calcedonia, en 451, habÃa ganado numerosos adeptos, sobre todo en Egipto y Siria, y todos los emperadores fracasaron en sus intentos de restablecer la unidad religiosa. En este perÃodo se inicia también la estrecha asociación entre la Iglesia y el Imperio: León I (457-474) fue el primer emperador coronado por el patriarca de Constantinopla.
A finales del siglo V, durante el reinado del emperador Anastasio I, el peligro que suponÃan las invasiones bárbaras parecÃa definitivamente conjurado. Los pueblos germánicos, ya asentados en el desaparecido Imperio de Occidente, estaban demasiado ocupados consolidando sus respectivas monarquÃas como para interesarse por Bizancio.
