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Introducción a Cartago

El Estado púnico o cartaginés y la civilización púnica o cartaginesa fueron un Estado y civilización de la Antigüedad clásica que englobaba la ciudad de Cartago y sus territorios dependientes. Su idioma (idioma púnico), cultura (cultura púnica,literatura púnica, arte púnico) y religión (religión púnica) provienen de los fenicios.

La ciudad de Cartago, inicialmente una colonia fenicia (la palabra latina punĭcus ‘púnico’ significaba «fenicio», término que deriva del griego Φοίνικες, phoínikes), tras la decadencia de su metrópoli (Tiro –incorporada al Imperio neobabilónico en el573 a. C.–), desarrolló una alianza o liga con otras ciudades púnicas del Mediterráneo occidental basada en la hegemonía de Cartago, que con el tiempo terminó integrando todas las ciudades a sus dominios. Su forma de Estado evolucionó desde unatiranía con ciertas características monárquicas, hasta un sistema plenamente republicano. La extensión territorial de sus dominios formaron un verdadero Imperio púnico o cartaginés.

Orígenes

Los fenicios en sus exploraciones y empresas comerciales, fundaron numerosas factorías y colonias en el norte de África, en Iberia y en las grandes islas del Mediterráneo occidental, cubriendo todo el litoral hasta Mogador. Algunas de ellas fueron el origen de ciudades como Útica, Medjerda, Hippo Regius, Tapso, Lixus, Caralis, Gadir o Motia. Una de estas ciudades fue Cartago, situada estratégicamente en una península cerca de la actual ciudad de Túnez. A través de la acción comercial e influencia colonial fenicia, la vida urbana penetró en el litoral mauritano y númida, además del desarrollo intensivo de la agricultura con la introducción de la vid, el olivo y posteriormente el uso del hierro.

Crecimiento comercial de Cartago y su Rivalidad con los helenos

Cartago heredó y alentó la rivalidad entre fenicios y griegos, una situación de conflicto provocada por la competencia comercial y que originó el surgimiento de áreas de expansión preferentes para unos y otros estados. Los primeros datos concretos acerca del conflicto entre fenicios y griegos se remontan a la expulsión de los fenicios de todas sus factorías en Creta y Chipre. Desde allí los helenos pusieron pie en Egipto, creando varias colonias en la Cirenaica. Los griegos de Cirene se consolidaron en el siglo VII a. C. como los grandes rivales iníciales por su ubicación en medio de la ruta africana hacia Fenicia. Las zonas de influencia de Cartago y Cirene fueron establecidas después de sangrientas guerras en la parte oriental de la Gran Sirte.

La agrupación de los púnicos entorno al poder de Cartago dio lugar al surgimiento de un imperio comercial en el norte de África, Tripolitania, Argelia, Marruecos y lugares de anterior implantación fenicia, como el sur de la península ibérica y Cerdeña.

Los intentos cartagineses de parar la expansión griega y su determinación para ampliar su área de influencia provocaron continuos choques militares con los polis griegas. En el año 579 a. C. los cnidios y los rodios quisieron establecerse en Lilibea en medio de las colonias fenicias de Sicilia, fueron rechazados por una alianza de nativos y púnicos. En la batalla de Alalia, uno de los combates navales más antiguos que menciona la historia, se enfrentaron focenses con etruscos y cartagineses en el 535 a. C., obligando a los focenses a dejar Córcega y establecerse en la costa de la Lucania.20 Además restringieron los mares a las ciudades griegas con los tratados entre Etruria y Cartago y en el tratado descrito por Polibio del año 509 a. C., entre Cartago y la naciente República romana. Con todo esto, Cartago afirmó definitivamente su control en el Mediterráneocentral y sur-occidental

Hoplitas cartagíneses en formación de falange

Conflicto con Roma y la conquista de Cartago

La Primera Guerra Púnica

Roma forzó la situación a pesar del intento de Cartago por evitar el conflicto. En una operación relámpago y burlando a la poderosa flota cartaginesa, los romanos desembarcan en el 264 a. C. cerca de Mesina al mando del cónsul Apio Claudio Cáudice, obligando a los cartagineses a retirarse de Mesina.

Al conocer su intención, Hierón establece una alianza militar con Cartago. Ambos ejércitos ponen sitio a Mesina, pero los romanos rompen el asedio. Al año siguiente la propia ciudad de Siracusa queda sitiada por los ejércitos romanos. Hierón, ante la presión romana cambió de bando, estableciéndose un tratado por 15 años y reconociéndose tributario de Roma. Los romanos con la ayuda de Siracusa un año después tomaron Agrigento y pactaron al mismo tiempo una alianza con la ciudad de Segesta, lindante con el área cartaginesa de Sicilia occidental. Cartago decidió atacar a Roma en suelo itálico y envió una escuadra a Cerdeña para hostigar a los romanos, apoyándose en su superioridad naval. Roma sin tradición naval para contrarrestar a los cartagineses, armó rápidamente una importante flota en los astilleros de las ciudades griegas de Italia meridional.

Roma sin tradición naval para contrarrestar a los cartagineses, armó rápidamente una importante flota en los astilleros de las ciudades griegas de Italia meridional. Los romanos vencieron en la batalla de Milas, año 260 a. C., y en la batalla del cabo Ecnomo, 256 a. C.34 Esta última fue la mayor batalla naval de la Antigüedad, enfrentándose las escuadras más poderosas que hasta entonces se habían conocido, en total más de 600 naves.

 El Senado romano, reacio durante años a nuevas aventuras en el mar por los fracasos navales, volvió a ordenar crear una nueva fuerza naval. Ésta, dirigida por Cayo Lutacio Cátulo, consiguió en la batalla de las Islas Egadas una victoria decisiva.38 Cartago pidió la paz, a consecuencia de la cual tuvo que abandonar sus posesiones en Sicilia, comprometiéndose a respetar a Hierón de Siracusa y a una indemnización de guerra de 3.200 talentos.

Segunda Guerra Púnica

Cartago, para recuperarse de sus pérdidas territoriales inició una política de expansión en la península ibérica, apoderándose de las minas de plata de Cartagena y Andalucía, las más ricas del Mediterráneo en la Antigüedad. La empresa fue iniciada en el 237 a. C. por Amílcar Barca, que dominó casi toda Andalucía, y la continuó su yerno Asdrúbal, fundador de la ciudad Cartago Nova, actual Cartagena.

Zonas de influencia de Cartago y Roma antes de laSegunda Guerra Púnica.

Roma observó con recelo la expansión púnica en Hispania, zona de importancia para ésta al considerarse protectora de las ciudades griegas de Masilia y Emporion, cuya área de penetración comercial alcanzaba la costa Este de Iberia. En el 226 a. C. se estableció un nuevo tratado según el cual el límite de las respectivas zonas de influencia se fijaba en el río Iberus, que tradicionalmente ha sido identificado con el Ebro. Aníbal asedió la ciudad aliada de Sagunto en la primavera del 219 a. C. tras una dura resistencia, tomó la ciudad a los pocos meses. Un año después, en la primavera del 218 a. C., Roma declaró la guerra.

Los cartagineses tomaron la iniciativa, inesperada y ambiciosamente. Aníbal trató de aplastar a los romanos llevando la guerra a su propio país, para lo cual el ejército cartaginés tuvo que realizar una expedición sumamente comprometida: partiendo de sus bases hispanas, atravesaron los Pirineos y después los Alpes con varios miles de hombres, caballos y algunos elefantes. Consiguió derrotar a los romanos en el río Tesino, el lago Trasimeno 217 a. C. y en la decisivabatalla de Cannas, donde quebrantó el poder militar romano dejando Italia indefensa, quedando libre el camino hacia Roma. 

 A pesar de la gran victoria de Cannas 216 a. C., Aníbal quedó finalmente inmovilizado. Entretanto, los romanos habían planeado una hábil contraofensiva. En el 218 a. C. un ejército desembarcó en la colonia griega de Emporion, en la costa catalana. Dos columnas, mandadas por Cneo y Publio Cornelio Escipión, después de establecer una sólida base de puente, consiguieron el dominio de la costa, donde establecieron la base de Tarraco. Con esto, el Nordeste de la península Ibérica cortaba el enlace del ejército de Aníbal en Italia con las bases hispánicas. Los dos Escipiones fueron derrotados y muertos en su intento de penetración hacia Andalucía, pero en el 210 a. C. 

el hijo de Publio, Publio Cornelio Escipión el Africano, obtuvo nuevas victorias para Roma, con la toma de Cartago Nova en 209 a. C., golpe decisivo al control cartaginés en Hispania. Al año siguiente, Cádiz cambiaría de bando, uniéndose a Roma, quedando así todo el litoral mediterráneo peninsular en poder de los romanos.

Hallándose Aníbal en Italia sin posibilidades ofensivas y terminada la guerra en Hispania, Roma proyectó el asalto directo a Cartago. En el año 204 a. C. Publio Cornelio Escipión el Africano desembarcó en las proximidades de Útica, donde consiguió consolidarse con sus dos legiones y realizar una política de atracción de los indígenas númidas. Ante el grave peligro, los cartagineses llamaron a Aníbal, que pasó de Italia a Cartago en el 203 a. C. Los romanos y cartagineses se enfrentaron en la decisiva batalla de Zama en el 202 a. C., con la total victoria romana.Cartago pidió la paz, cuyas condiciones fueron muy duras: entrega de la marina de guerra, de los elefantes utilizados en el ejército, de los mercenarios itálicos, reducción del territorio cartaginés metropolitano y reconocimiento de la independencia del reino de Numidia, con el cual se comprometía a no entrar en guerra, renuncia a todas las posesiones hispánicas y una indemnización de guerra de 10 000 talentos, a pagar en 50 años. Ello representaba el fin de Cartago como gran potencia, y la hegemonía de Roma sobre el Mediterráneo occidental.

Aníbal cruzando los Alpes

Publio Cornelio Escipión Venció a Aníbal en la batalla de Zama salvando así a Roma

La battalla de Zama la cual represento el final de la Segunda Guerra Púnica con la victoria Romana sobre Aníbal

Tercera Guerra Púnica y el fin de Cartago

Cartago cumplió el tratado y procuró rehacer su economía apoyándose en el comercio por mar y en una importante expansión de la agricultura, lo que despertó recelos en Roma.

La ocasión la proporcionaron los ataques del rey númida Masinisa, que hostigaba a los cartagineses sin que éstos pudieran responder, según las cláusulas del tratado citado.Cuando intentaron defenderse con las armas, Roma les declaró una guerra que no podían ganar. El final de la Tercera Guerra Púnica supuso el fin del poderío cartaginés. La ciudad fue arrasada y su población exterminada, los pocos supervivientes fueron vendidos como esclavos.Las antiguas posesiones de Cartago constituyeron la nueva provincia romana de África, con capital en Útica, entregando algunos territorios a Masinisa por su ayuda a Roma durante la guerra.Éste fue el final de Cartago, trágicamente destruida en el 146 a. C., al final de la Tercera Guerra Púnica.La destrucción de la ciudad representó el fin del Estado cartaginés. Su cultura permaneció en numerosas ciudades coloniales bajo el poder romano, conservándose parte de la herencia cartaginesa, en especial en los primeros siglos.

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